Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

lunes, 14 de enero de 2008

APRECIAR EL REGALO DE SU PRESENCIA


Tenía la sensación de que se le escurría entre las ranuras de los dedos
no de ahora sino de siempre
sin embargo, no era acuoso ni huidizo.
Era ella, y las circunstancias que la empujaban
y la volvían incapaz de acariciar a sabiendas aquel puñado de río puro
tan natural, tan prístino, tan imposible de adulterar.

Un día lo dejó siendo niño y cuando volvió le atemorizó
aquel estruendo de voz, los gestos distintos: la alquimia de la adolescencia le había
despertado al amor, al disfrute, al esfuerzo de empezar a construirse
y ella no había estado ahí como en la infancia cuando tuvo miedo y le apaciguó
o un secreto y se lo guardó.

No había estado en aquel tránsito que suponía doloroso, nadie a su lado para compartir nada;
sólo la diferencia, la brecha generacional
le hubiera gustado ser un par de brazos para taparla y aminorarla
Se sentía culpable, y era una pesadilla recurrente.

Ahora otra vez lo sentía
y él seguía estando ahí, tan limpio como permiten las decepciones
pero las circunstancias abocaban de nuevo a la incomunicación.
La algarabía de los hijos, sus juegos, sus risas;la casa, el trabajo, el reloj;
eran ahora la barricada entre ellos.

Pero, ¡se acabó¡
Estaba dispuesta a disfrutar de su presencia íntegra:
su mirada, su sonrisa, sus enfados, sus alegrías, sus silencios......;
se recrearía en todos los indicios de su presencia
y los degustaría lentamente
iba a empezar a ser salvajemente consciente de aquella existencia
y, ¡estaba decidida¡, así aniquilaría la destructiva sensación de pérdida.

¡El estaba ahí¡
SER, EXISTIR, VIVIR
un regalo que nada le impediría apreciar.

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