Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

domingo, 21 de diciembre de 2008

EL VUELO DE LOS PATOS


Se asomó a la barandilla de su alma y el cielo estaba azul;
con uno de sus ojos, pintaba colores; y con el otro tenues movimientos;

Pero había tanta luz que decidió entornarlos.
Entonces, aquellos labios musitaron algo...
El susurro le cosquilleó en la oreja e intuyó el aleteo de los patos que volaban de regreso al río.

El chapoteo le hizo sentir el agua que se fue convirtiendo en regato;
gustosamente helador, prístino; porque el frío es pureza;
y la recorría por dentro; iba arrastrando las inmundicias que se habían acantonado en los recovecos de sus entrañas; notaba que la corriente le arañaba sedimentos obstructores...

Se percibió liviana, como la pluma de los ánades: ligera y pura.

sábado, 13 de diciembre de 2008

PALABRAS ENLATADAS


Le disgustaban los valores que supuraban sus palabras
y había optado por escucharlas en silencio,
por amordazarse,
pero la tristeza de su cara iba por libre,
y ensombreció tanto su semblante que ella acabó notándolo.

Entonces, le preguntó por lo que pasaba,
al principio, evitó la respuesta,
pero al final acabó utilizando la palabra,
y el verbo, como había ocurrido tantas veces antes, desencadenó la batalla.

En el cuerpo a cuerpo las garras de las palabras se ensañan,
y dicen lo que no se oye porque en su cola arrastran siglos de rencores y de amores, de esperanzas y de decepciones....

Y cuando llegan hasta el corazón que las escucha se clavan con tal furia que lo desgarran;
y empezó a correr la sangre hasta que ahogó las palabras y se impuso el silencio.

El dolor y el fracaso la volvían muda....
Por eso acababa de pedir perdón por escrito.
Sólo tecleando las palabras se sentía capaz de sujetarles las riendas.

Sufría, porque con aquella mujer, tan cercana, sólo podía hablar con palabras enlatadas y a su verbo le gustaba encabritarse y apasionarse, en lo bueno, y en lo malo.

domingo, 30 de noviembre de 2008

EL SECRETO DE LA ENTEREZA



Trataba de recordar aquella receta:
dos partes de ala de águila, una de corazón de león y dos más de respiraciones profundas y silencio.

Necesitaba aquel reconfortante porque había sido capaz; hace sólo unos días lo había hecho, sin pensarlo. Sólo actuó cuando fue necesario: sin miedo, sin que le temblara el pulso y luego, después de hacerlo, apenas tuvo remordimientos.

Pero le había sorprendido su propia fortaleza. Y esa consciencia de cómo había sido capaz de hacer pie en la inestabilidad de aquel terremoto, en vez de reconfortarla, le extrañaba. El pasmo además estaba dando paso al miedo.

Se atemorizaba de que la fuerza de que había hecho gala fuese sólo un espejismo; temía que no fuese capaz de volverla a mostrar, por eso ahora buscaba en aquel húmedo libro que alguien olvidó alguna vez en una senda flanqueada por hayas, donde brotaba un manantial que cortaba las manos y las enrojecía, y que parecía la guarida de la pureza.

Para alimentar su fuerza necesitaba raíz de roble;
ala de áquila para potenciar su libertad;
corazón de león para sentir con energía
y respiraciones y silencio para acomodarse en su interior.

Acabó despertándola una hermosa voz; se dió cuenta entonces de que tenía un gran agujero desde el esternón hasta el ombligo; se atravesaba con su propia mano. Pero la armonía de aquella voz empezó a remendarla; como si fuera una araña, fue tejiendo y reparando aquella abertura que la debilitaba.....Y a medida que fruncía los hilos, ella decidió quedarse en su interior...Sabía que sólo así volvería a ser fuerte cuando se presentara de nuevo la ocasión...Había descubierto dónde nace el secreto de la entereza...

jueves, 13 de noviembre de 2008

PARTÍCULAS VACÍAS



Se estaba dando cuenta de una reciprocidad que siempre había creído unívoca.
Era una cuestión de gestos, de tonos, de sonrisas:esbozadas o ignoradas.

Un código binario; notaba agresividad en el entorno y no fallaba: era su ceño que estaba fruncido; su voz,tensada y su sonrisa,olvidada.

Notaba receptividad y seguía sin fallar: su frente, relajada; su voz,dulce y su sonrisa, presente.

Al principio dudaba de qué se producía primero, pero acabó creyendo que sólo ella era el desencadenante. La bendita o maldita espoleta de aquel entorno que hasta entonces pensaba explosivo. Pero ella era la única fuente de cualquier deflagración.

¡Era sorprendente¡ Su existencia ni la de los demás era particular...Nadie existía por sí solo. Únicamente era en interdependencia con los demás, y el resultado de esa interdependencia estaba en su mano. Ese era su único margen de individualidad; pero para ser individual necesitaba a los otros.

Le pareció, primero, una lección de física cuántica y luego, un precepto zen, y más tarde pensó que la ciencia quizá fuera budista.

Era lo mismo; había tres puertas. Salió por la única que estaba abierta y abriendo los brazos voló hacia el viento.

jueves, 30 de octubre de 2008

EL ALMA NO ENVEJECE



Sería otoño: por la luz que -recordaba- entraba en el portal.
Pero no hacía viento; en invierno, sin embargo, el norte se enredaba en el porche y entonces le decían aquella frase: "cuidado con la corriente"; "es lo peor"

Para ella , a tenor de cómo se lo advertían, acabó por tener un peligro semejante al del "hombre del saco"; ¡Que viene la corriente¡, ¡que viene el hombre del saco¡

Conserva la certeza de que a él lo llegó a ver. Harapiento, con una chaqueta raída de pana marrón bastante más grande que su espalda y un sombrero de fieltro, mugriento; lo descubrió de espaldas, con una barba desarreglada que, intuyó, le asomaba por el perfil. Caminaba tirando de un carro por la carretera general -así la llamaba de niña, cuando casi no había coches ni carreteras-; por la orilla, junto al nogal donde jugaban a "Antón, Antón pirulero" -el de las prendas-

El nogal ya amarilleaba cuando la luz entraba por el portal. En esa atmósfera le dijo : "te pareces a Shirley MacLein" A ella "Irma La Dulce" ni le agradaba ni le disgustaba, pero le entusiasmó que alguien le adjudicara otra identidad.

Estaba harta de parecerse a su madre, cuando sonó el teléfono y no cogió.

Era su madre; treinta años después y seguían doliéndole los mismos conflictos. Amor y odio.

Y recordó la frase que, por la mañana, escuchó de un médico; alguien lamentaba la juventud de un fallecido y el doctor argumentó: "es lo mismo que hubiera tenido ochenta años, su alma también sería joven porque nunca envejece".

La suya, en muchas cosas, seguía anclada en la infancia.

martes, 28 de octubre de 2008

jueves, 23 de octubre de 2008

SIN RESPUESTA


Como un emisor de SOS
perdido en lo más hondo de un mar tormentoso,
abandonado en la más solitaria de las cimas montañosas;

aunque en aquel alarido de desesperación estuviera empeñando todas sus fuerzas,
la mayor de las intensidades de sus cuerdas vocales,
resultaba un grito asombrosamente inaudible;

y se palpaba para cerciorarse de su existencia,
y al tentar sus huesos sentía las vibraciones
de aquella señal de socorro,
que no llegaba a nadie,
absolutamente a nadie,
ni siquiera a su ángel de la guarda -estaba olvidando la brisa de sus alas-.

domingo, 12 de octubre de 2008

VIVIR CON MIEDO


Llevaba un rato con los ojos empañados por las lágrimas y el miedo en el diafragma tirándole de los hombros hacia ese encogimiento que le provocaba el pánico.

Era un temor existencial que lo desataban múltiples causas posibles aunque si hubiera que agruparlas en un mueble clasificador irían al cajón de "pavor a la pérdida".

Pero últimamente, más que lo doloroso que pudiera llegar a ser ese sentimiento, le preocupaba su ralea, y sabía , aunque se hiciera la despistada, que la catadura de aquella emoción no era pura, noble, transparente. Y le dio miedo saberse tan egoísta porque el miedo a la pérdida, no era por lo perdido sino por ella misma, porque habiendo perdido lo perdido acabaría sintiéndose perdida, sin referentes, sin hitos de ubicación existencial. Y estaba harta de sentir otra vez, una enésima vez más, que el problema era sólo ella.

Entonces recordó unas palabras: "Todos tenemos una misión en este mundo; independientemente de que la cumplamos o no, existe". "Quizá tu misión sea aprender a vivir con miedo".

Y le explicó que probablemente ese miedo no sólo era el suyo, sino el de otros, de existencias anteriores que acabaron desembocando en la suya. Entonces, empezó a darle otro sentido a sus emociones porque si avanzaba en el aprendizaje de vivir con miedo, algún día, alguien se beneficiaría de sus adelantos. Acaso, pero esa posibilidad era ya un acicate para darse sentido.

lunes, 29 de septiembre de 2008

BUCEAR CON GAFAS AZULES



No tenía muy claro si perpetuar aquellos sentimientos en renglones escritos. Pero se puso a golpear el teclado.

No es fácil ponerle palabras al paso del tiempo en el amor porque a veces duele.
Hiere comprobar cómo "en cada gesto, cada beso, cada abrazo, se impone un pedazo de razón".

Pero le aliviaban y sanaban expresiones, actitudes y costumbres que nacen de la pequeñez de la rutina cotidiana; sabía que otros la denigraban pero ella había aprendido a mirar lo diario con el enfoque adecuado, el ángulo preciso y el tiempo necesario. Sólo cuando se conjugan esos tres elementos se descubre la belleza impactante de la cotidianidad amorosa.

Le parecían maravillosos, porque lo eran, aquellos desayunos con los que se encontraba cada mañana ante la mesa: en perfecta alineación de utensilios e ingredientes....

Le resultaban extraordinarios los platos con los que la sorprendía cada comida, nacidos casi siempre de la ingeniosa improvisación que imponen la falta de tiempo y de ingredientes. Eran un auténtico placer culinario.

Y los recordatorios, y la preocupación por ella y por su mala cabeza, y los "qué tal el día" o "mira lo que me ha pasado o me han contado". Eran como los hitos conocidos en un camino por el que pasear le resultaba placentero; por hermoso y por conocido,porque aunque supiera "desde siempre" que "tras aquella curva la esperaba la rosaleda de la fuente" nada podía socavar la expectación ante la belleza.

Y aquella frase que la había conmovido, y sacudido de una pena que a veces se le pegaba a la piel. "¿Sabes cuál es la distancia más corta entre dos personas?"
Y se lo preguntó, seguramente, cuando sintió que se alejaba y la distancia la arrastraba hacia dentro, como las mareas vivas de setiembre, cuando la luna llena y el mar te engullen.

"¿Lo sabes?"
"La sonrisa -dijo- es la distancia más corta entre dos personas", y con la suya provocó la de ella, y la rescató y entonces ella pensó que a partir de ahora bucearía con gafas azules, para mantener los ojos abiertos y no perderse la belleza circundante.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

EL CAMINO



La luz del flexo la deslumbraba hace rato pero no podía dejar de mirarla.
Le habían empezado a escocer los ojos y la tensión se estaba apoderando de su musculatura craneal.

De vez en cuando reparaba en su respiración.
"Ésa soy yo, yo sin mis miedos". Lo repetía; en ocasiones, le apaciguaba aquella especie de mantra, pero terminaba por no creérselo demasiado.

Se sentía cansada de intentar dar con su camino. Cuando la mañana le regalaba energía, empezaba a desbrozar su sendero y con la brisa en la cara solía sentirse motivada.

El baile de las hojas al son del viento le hacía cerrar los ojos y, entonces, tenía claro que la vida está en el interior. Que todo lo que diera de ella se transformaría en su riqueza; un tesoro inagotable, y ¡era tanta la serenidad¡; sus contracturas se distendían hasta que una paz espiral le hacía sentir que aquel sí era el camino.

Pero entonces, ¿por qué le dolieron tanto aquellas palabras que vinieron de fuera? Quizá porque se sintió Abel frente a su hermano Caín...

sábado, 30 de agosto de 2008

"SU PASMO NO ES TRANSITORIO"


Evitaba las conversaciones. Le suponía un triunfo seguirlas, articular palabras que no le salían o, a veces, brotaban inconexas,equivocadas y no estaba dispuesta a observar y padecer el aturdimiento del interlocutor. Así que se refugiaba en el aislamiento.

Era a lo que le estaba abocando aquella ralentización cerebral. Se recordaba a los movimientos pesados de los astronautas en ausencia de gravedad; una especie de estado narcótico neuronal que no le disgustaba del todo.

El embotamiento le servía para alejarse y a medida que tomaba distancia todo se desdibujaba, por su cuadro soporífero, y por qué ocultarlo, por su astigmatismo galopante. Pero de la incipiente vejez que la asediaba prefería no hablar.

Cuando lo que no agrada pierde sus contornos a la vista, es como si se borraran; entonces se pueden redibujar recuperando formas deseadas, y cuando se entra en el mundo de los deseos cumplidos, nadie quiere salir del embeleso.

Por eso le preocupaba aquel pasmo que, por puro deseo, empezaba a dejar de ser transitorio.

lunes, 18 de agosto de 2008

ME DUELE EL ENFADO DE TU ANGUSTIA



Parecía que le ocurriera algo. Le estaba dejando sin habla y con mal humor.
Cualquier contratiempo le exasperaba y daba la sensación de que su entorno le hastiara, aunque los motivos que le pudieran dar fueran los de siempre.

Era como si se estuviera sumiendo en una agonía mortificante. Y lo comprobó cuando le scuchó aquella frase: "Igual este año es el último". Cuando la pronunció ella tuvo que tragarse las lágrimas.

Aquella voz la había salvado de muchos naufragios; fue y era su salvavidas infinidad de veces, aunque otras resultaba el lastre que la arrastraba al fondo. Porque antes también fue autodestructivo; no era nuevo aquel aislamiento que le enfadaba con él y con el mundo; quizá ahora resultaba más persistente. Como si se estuviera convirtiendo en un inquilino de los de por vida.

A veces era rosa, y otras espino, y con los años ella comprendía que las espinas al primero que le oprimían y le asfixiaban era a él.. Por eso aquella parquedad de casi todo lo expresable, menos el enfado.

Pero es que la vida le estaba arrebatando amigos y hermanos...Hay un momento, "en la prórroga" -como él se empeñaba en decir- en que el tiempo se vuelve cruel y te recuerda la cuenta atrás expoliándote lo que te ha servido para otorgarte un lugar en el mundo; es como si te fuera dejando sin referentes coetáneos para decirte con brutalidad que "tú también estás de más".

Y a él -ella estaba segura- aquella impiedad le producía amargura. Y a ella la bloqueaba, porque le gustaría decirle:

"Si te pones así, sé que tu final será el mío,
porque para mí eres la dignidad,
la nobleza,
el ejemplo de lo que hay que hacer,
el valor de la palabra, cuando se pronuncia, y, sobre todo, cuando se sabe callar;
por eso, siempre he buscado el verde de tu mirada, aunque desde hace un tiempo, la oscurece el ceño de tu angustia"

jueves, 7 de agosto de 2008

LA LETRA DE UNA CANCIÓN


Siempre creyó en el poder de la música, y aquella canción, tantas veces oída hace bastante tiempo, la estaba despertando.

El lenguaje musical era el único que no se le vacíaba de tanto usarlo; los demás sí, se le licuaban hasta no decirle absolutamente nada. ¡Qué huecas se le habían vuelto algunas palabras¡

Con aquella melodía estaba tomando conciencia física de su existencia. Aunque así dicho -otra vez la vacuidad de las palabras- pueda parecer una perogrullada.

Se palpó los ojos: con ellos había podido disfrutar de aquel rostro hermoso, esa mañana; deleitarse en su contemplación desde la distancia. Se estaba aficionando a escrutar facciones agraciadas cuando se las mostraba la belleza. Se sorprendía de lo estimulante que resulta lo atractivo

Y sus oídos: le habían permitido escuchar el dolor ajeno, y sentirse congénere en la compasión, y reconciliarse por un momento con aquella alma en pena, que se estaba comportando con dignidad y resultaba serena. Los ecos de la serenidad en sus oídos; se afanaba en registrarlos, que formaran parte de su banco de sonidos, para cuando le fueran necesarios.

También se tentó la boca y le emocionó lo que le permitía expresar....A veces comunicaba....y cuando este fenómeno es exitoso se produce una comunión: con el mundo de los significados que se alojan en el cerebro propulsados desde el corazón -aunque últimamente pensaba más que desde el vientre, dos dedos debajo del ombligo- y una comunión también con el universo de la boca que se tiene enfrente, en ese momento cerrada, pero dispuesta a abrirse, cuando sea su ocasión.

Con la letra de aquella canción, celebraba que ¡¡¡ESTABA VIVA¡¡¡¡¡

viernes, 1 de agosto de 2008

CON HUMILDAD



Aquella mañana su voz no resultaba pastosa y su discurso aparentaba cierta lucidez en la habitual ofuscación en la que se había acomodado.

Se atiborraba a pastillas porque ahora estaba enfermo, pero primero fue básicamente cobarde. Y eligió la cobardía por simple miedo; pavor a que lo descubrieran vulnerable.

Le gustaba presentarse refinado en lo físico y en lo intelectual. Era una manera de envolverse en los mantos del exclusivismo elitista; el que la sociedad tiene pensado para los triunfadores y los apóstoles del éxito.Fue al principio.

Porque cada vez que vestía el traje de los que están en la cúspide, se volvía más acérrimo vasallo de su ego....; unas ansias de preponderancia, insaciables de vanidad, lo arrastraban, lo volvían un reptil egótico y en su trayecto zigzageante inyectaba veneno a quien se le interpusiera.

Pero era un hombre bueno, y cada noche, cuando ya había guardado su traje de la vanidad, se mortificaba horriblemente; le dolía la saña que hubiera podido inyectar y las palabras y los gestos que lo estaban alejando de su humanidad. Entonces se emborrachaba hasta olvidarlo todo.

El alcohol había destruido su hígado y sus neuronas, y tal vez, su dignidad, incapaz de agacharse a recoger con humildad, como los demás, las cáscaras, las peladuras, que nos va mondando la existencia.

jueves, 24 de julio de 2008

A VECES



Sentía como si se estuviera enviando paquetes a sí misma;
compraba el papel de embalar más resistente,
la cinta más adhesiva;
escribía primorosamente la dirección....

Y cuando lo recibía se alegraba con resignación;
le entusiasmaba abrir paquetes, aunque fueran suyos, por culpa de aquella neurona de la esperanza que se negaba a abandonar su cerebro;
en un momento fugaz, la convencía y le hacía creer que encontraría otra cosa, algo en lo que se hubiera transmutado el envío; algo que hubieran colocado otras manos que no fueran las suyas, algo que la sorprendiera, o mejor algo que le enviara ternura de alguien capaz de darla.

Pero todo estaba perfectamente colocado: las mismas cosas en el mismo orden en que ella las dejó....Sin sorpresas...Con ausencias....Así sentía su vida....A veces....

lunes, 14 de julio de 2008

DE OJOS Y LÁGRIMAS O LAS LÁGRIMAS DE OTROS OJOS

Me quise quedar a vivir en tus ojos;
lo supe desde que los ví: me hipnotizaron,
mientras alguien te nombraba y hablaba de caballos, mares e islas.

Porque tus ojos trotan y navegan
y llevan salitre en la brisa de la pupila,
y magnetizan....

¡Qué ojos más negros tienes¡:
¡para que me comas mejor¡

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No llores,
porque no se puede;
la primera lágrima, una cena en el Ritz,
la segunda, quince noches en el Sheraton;
¡Te arruinarás¡

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viernes, 4 de julio de 2008

PORQUE NO SOY SÓLO UNA PIEDRA



La imaginó en el mismo quicio de la puerta en el que ahora ella se encontraba....La luz doraría el valle como en ese momento.....y amarillearía el verde recién estrenado y rabioso de los fresnos, y sonaría, como estaba oyendo, las aguas revoltosas del arroyo, ladera abajo, la misma dirección en la que miraban sus ojos, que no podían desprenderse de aquella torre que habían empezado a levantar en el valle.

Recreaba aquella mirada hipnotizada por el soniquete del cincel modelando el granito.....pero no le interesaba la monorritmia en la que se fundían el hierro y la piedra sino las manos del artesano: cuadradas y firmes , precisas y hermosas, capaces de acariciar con fuerza, y entonces el ensueño de aquel tacto que le traía el sonido a través del valle la hacía enloquecer de sensualidad....

Habían pasado más de mil años.....

"A su izquierda, uno de los ejemplos más sobresalientes del románico de este valle; llama la atención la belleza de las formas que esculpió el cantero"

Las palabras de la guía la hicieron mirar al campanario y los sillares le contaron una historia de caricias robadas y de manos que retuvieron contactos fugaces y que desesperaron y enloquecieron cuando no pudieron tocarse.

A veces las piedras, hartas de parecer sólo capiteles o simples dinteles o meras portadas , se encolerizan y traicionan pactos de silencio milenarios.

viernes, 6 de junio de 2008

COMO UN PUENTE SIN RÍO




Se sentía "un puente viejo con cataratas de hiedra" en sus ojos; sólo transitado por los ancianos, los días de sol, y los enamorados, las tardes de buen tiempo. Al lado, el trajín de la vida, se lo llevaba el puente nuevo.

Se lo había contado y también escrito, pero esta vez, al verlo, sintió que tenía poco de nexo; que ya no era siquiera un viejo puente, sino tristemente un montón de piedras a la deriva.

Le habían dado en la columna maestra y , sin punto de apoyo, se lo llevaba la corriente del dolor. Ella, que tantas veces, le había acompañado a cruzar pasarelas y vadear avenidas se había convertido en un cofre de cenizas.

Le engullía su terrible ausencia y no paraba de mencionarla, recordarla, anhelarla....Se había encadenado al pasado y le destruía; intentaba mirar al futuro y le aniquilaba; en el presente se consumía...

Hasta hace nada, aunque viejo, se sentía puente; un vínculo entre dos orillas, principio y fin...antes y después....Pero ¿de qué? -se preguntaba ahora-

Con ella, habían desaparecido el qué, el quién, el cuándo, el para qué.....Sòlo quedaba el cómo.....Y el adverbio lo estaba transformando en un pretil y unos arcos y unas vigas y un empedrado....completamente bombardeados, pulverizados, masacrados.

Hay pérdidas que arrastran y anegan pero un puente inundado no sirve para nada. Para salvar el agua hay que volverse aéreo aunque el sufrimiento pese; y quienes lo han tenido en brazos saben que son toneladas.

lunes, 2 de junio de 2008

LA INCAPACIDAD DE ABANDONAR EL NIDO


Habían hecho de aquella situación un nido entretejido
en el que cada rama había perdido su individualidad disolviéndose en el resto.....

Con una sola cabeza, un sólo corazón; hacían creer que también una sola alma.....

Aquel estado coral le exasperaba.....
Siempre el pronombre personal de primera personal del plural,
para sus ilusiones, esperanzas, frustraciones, miedos.....: imposible de creer y asumir. Pura patología.

Ella les había cortado las alas a sus polluelos; y ellos, se las dejaban seguir cercenando, incluso se lo pedían, acostumbrados a recibir el calor de su plumaje, que los volvía "fuertes" y capaces de entonar al unísono un único trino.

Y como hay corazones que vuelven la necesidad virtud, solían vanagloriarse de aquella inmadurez comunal y se la restregaban cuando se esforzaba por ser ella misma y se negaba a convertirse en una rama más de aquel nido castrante que mutilaba alas para disfrazar de seguridad colectiva las más tambaleantes inseguridades individuales.

martes, 27 de mayo de 2008

LOS OJOS DE LA LEALTAD


Aquellos ojos en los que flotar hipnótica;
Creía que la esencia de los seres se acumulaba en una parte de su cuerpo, y sabía que aquélla, pese a su existencia aún infantil, sería el depósito de su extracto humano.

En esa mirada, que se dejaba contemplar, a ella le gustaba perderse y sentirla como un bálsamo....El tiempo se detenía y cuando se paralizaba en aquel instante eterno apreciaba el latido de grandeza que se esconde en los personajes pequeños y que pulveriza la ruindad dominante.

Porque aquella belleza acuosa, tan sumamente original y alejada todavía de adulteraciones, le recordaba que nadie debe hipotecar su alegría , que la dignidad no se vende, pero que serle leal tiene un precio, que ella pagaba a gusto sólo por sentirse merecedora de aquel instante que daba alas a su alma, en combate permanente por resultar liviana y liberarse de lastres : la insoportable pesadez asfixiante de los malditos anclajes.

jueves, 15 de mayo de 2008

EL JARDINERO DE LA LLUVIA


Debajo de la marquesina, esperando,
tú olías la lluvia demasiado mojada,
ellos la piel, la saliva, el calor pegajoso de sus bocas, también mojadas;
besos de repetición
como las metralletas.

Tú, la lluvia que huele a ozono,
ellos, los besos, que saben a síntesis;
eliminación de las fronteras, del yo y el tú, para condensarse en un revoltijo, en ebullición, que se niega a aplacarse.
"Estaré aquí a las nueve en punto" -la garantía de más besos en los que seguir disolviéndose-

Pero tú prefieres la lluvia, porque tuviste los besos y fueron el abono de lo que ahora tienes: un jardinero que recoge las gotas en hermosos recipientes de lluvia.

viernes, 9 de mayo de 2008

Lo grotesco de una autoridad impostada


Odiaba aquel taconeo que hincaba con todas sus fuerzas con la única pretensión de hacerse notar;
eran como los clarines que anunciaban su "excelsa" presencia con requerimiento de alfombra roja;
¡horrorosa¡ e ¡insoportable¡ esa necesidad suya de vanidad; ansiaba que todos supieran lo "imprescindible" que resultaba;

¡Qué zafiedad y qué vulgaridad ¡ Era una pobre infeliz cargada de inseguridades y angustias, que necesitaba de la representación social de la autoridad para sentir simplemente que existía; no le bastaba respirar; era incapaz de entender que la belleza, "lo único que merece la pensa en este asqueroso mundo" , era silenciosa.

Al principio sentía lástima por el estruendo que desplegaba porque sólo era un "sos"; una llamada de socorro de alquien incapaz de ser por sí misma.

Pero ¡aquellos malditos taconeos¡ le reventaban la cabeza; acompañados siempre de tanta altivez, estaban despertando la suya.

El día menos pensado la descalzaba y lanzaba sus tacones al río para que se hundiera su máscara, para que aprendiera a pisar despojada, porque -estaba segura-, sólo el sonido sordo de unos pies desnudos podrían aplacar una ira tan desbocada.

jueves, 1 de mayo de 2008

HORA Y MEDIA



Sabía que los procesos emocionales daban al traste con cualquier ilusión de particularidad de los seres humanos; siempre las mismas fases en no importa qué individuo por muy especial que se pensara; era como ir constatando un manual de psicología...¡Qué trampa la identidad y la personalidad¡

Estaba viviendo el estadio de la rabia, que surge inmediatamente después de la pena. Y le malhumoraba el más mínimo contratiempo.....

- "¿Por qué me ha tocado esto que exige todos los días ejercicio?" -se decía- "podía haberme tocado otra enfermedad que me obligara a estar sentada o tumbada como mínimo una hora y media al día" -que era lo que le gustaba-; "hasta para esto me tengo que esforzar" -sentía que por todo en la vida había tenido que pagar un precio, siempre elevado; jamás le había regalado nada-.

Su lesión cardíaca era congénita.

- "Si continúas sin hacer ejercicio te dará un infarto; es algo grave" -aún le retumbaba aquella voz sonora de una mirada extraviada pegadas a una bata blanca-

El veredicto la hizo salir aturdida y veloz a la calle. En el escaparate vio un posible vestido que regalar a su madre y entró. Se perdía en las explicaciones de la dependienta. Sentía que el flotador de la banalidad cotidiana podía salvarla. Como si columpiarse en los vaivenes superfluos más anodinos le sirvieran para apreciar la vida, y ya añoraba el día que no estuviera para elegir entre "éste más vestido o éste más sport".

En la librería sí compró aquella antología de poesía en la que llevaba un tiempo pensando; sabía que los poetas -viejos prestidigitadores- disponían de remedios para aliviar las almas transidas de pena, como la suya, aunque luego se volvería airada.

En la puerta de la perfumería se clavó en seco. Necesitaba una hidratante; "antiarrugas": ¡qué ironía¡ Si se cumplía la sentencia, su cara no llegaría a arrugarse. Alguna pata de gallo ya tenía, pero en una urna de cenizas esas imperfecciones no se aprecian.

Durante hora y media no pudo dejar de caminar y llenar sus pulmones de vida.

domingo, 27 de abril de 2008

LA ANTIFÁBULA DE LA CIGARRA



Kri, kri, (),kri, (),(),(),kri
En el ordenador de mi casa vive una cigarra.
Frota las alas una vez o ninguna
y a base de ceros y unos produce millones de datos.

En el árbol del bosque vive una cigarra.
Frota las alas una vez o ninguna
y a base de silencios y negras compone conciertos
que suenan a achicharrantes tardes de verano.

Es lo que tiene la ciudad,
que aliena y enmudece a quien la habita -aunque sea en una cpu-

A la cigarra de mi ordenador la ha castrado las alas;
ahora se cree una araña y no puede parar de tejer redes.

jueves, 24 de abril de 2008

"SEGÚN VAS, EN EL LÓBULO PARIETAL IZQUIERDO"


Necesitaba aquella alfombra y aquellos cascos;
el confort de la lana bajo el coxis y las acolchadas almohadillas en sus oídos;pura tecnología alemana.
Los agudos de la campana comenzaban a orear las entretelas entumecidas de su alma.

Conocía el proceso: mareas cálidas a partir de un epicentro; aleteo ascendente de mariposas hasta posar una sonrisa indeleble en su boca, y luego, la explosión de un cielo de fuegos de artificio en el azul añil de verano. Puro arrebato sereno.

Pero algo echó de golpe las persianas marrones de estrépito, y en el escenario surgió una mandíbula temblorosa ahogada en llanto marrón.

Le dolió horriblemente la lucidez del momento: ni la película de la vida, ni la luz final del túnel, y mucho menos Él esperándola. Todo zarandajas. Acababa de sentir que Dios nunca la aguardaría, cuando le llegara el final.

Era sólo una producción cerebral recién sentida, una creación de sus neuronas; en su lóbulo parietal izquierdo habitaba aquella sensación; lloraba por todos los años sin haber hecho honor a semejante inquilino.

A partir de ahora olisquearía en el ascensor del alma intentando adivinar su aroma, y buscaría tickets de compra olvidados en el vestíbulo del chakra número dos. ¿De qué se alimentaría Dios?

jueves, 17 de abril de 2008

LOS PÍXELES DE LA VIDA


Una conexión que tarda milenios,
los músculos de encima de las paletillas tirando hacia el abismo frenético, obsesivo, alienante, de una pantalla en blanco: la de su vida,
cargándose desesperadamente parsimoniosa,
insoportablemente lenta porque la desesperanza no transige con las prórrogas;

un escarnio de su histerismo contenido, que parece decirle "en una historia de píxeles tú no importas en absoluto"; da lo mismo de píxeles que de cualquier otra cosa. Pura insignificancia.

Pero, al final, ahí aparece;
Está terminando de escribir para aplacar su ira -concepto terapeútico de la escritura-,cuando surge burlona.

Hay pantallas que se conforman cuando les sale de los mismísimos píxeles.

lunes, 14 de abril de 2008

EL PRECIO DE LAS COSAS



Aquella mañana el teclado resplandecía como nunca. Le sorprendió hasta que se dio cuenta de que era la luz del día que se reflectaba en la pared de enfrente y volvía las teclas luminosas.

Sintió entonces un vacío de vértigo: no se acordaba del calor del sol, de la frescura del viento, de la pureza del agua y añoraba tanto el aroma a tierra del río, la fuerza de sus turbulencias, la transparencia de sus gotas, que tuvo que asomarse a la terraza para bebérselas. Sólo había empezado a apaciguar su síndrome de alejamiento natural cuando sonó el teléfono:

-Sí, he hecho una copia para cada uno de la foto en la que estamos los tres. Ha quedado muy bien; cuando vengas, te la doy.

Su angustia empezò a volverse sólo tristeza que pronto dio el relevo a la añoranza; porque la estaba agujereando un taladrador sentimiento de pérdida...."Estamos los tres", se repetía. Y tuvo la clarividencia de que su nostalgia era de grupo.

Nostalgia: "nostos",regreso; "algia",dolor.

Y para curarse de aquel dolor por las ganas de regresar tuvo necesidad de retroceder interminablemente hasta asomarse a la noche de los tiempos...."Estamos los tres". Quería esencia de grupo humano; vínculos de carne y sangre; extrañaba los códigos que organizaban a cada individuo por y para la supervivencia del clan. Y se sintió cromagnon, neanderthal, homínido..

El hambre de naturaleza le había despertado el espíritu comunal y se sabía anémica. Buscaba una inyección grupal que animara sus constantes de lazos tangibles y la hiciera sentirse especie.

Pero los crueles yerros de la memoria le estaban haciendo olvidar el origen de esta historia:el día que el grupo le empezó a poner grilletes, porque denosta la individualidad y ella se asfixiaba de respirar el oxígeno compartido. Entonces se puso su bombona individual y se volvió virtual.

jueves, 10 de abril de 2008

¿Y EL ORÁCULO?



"Sé de tus ojos oliva y tu pelo rojo,
que darías tu reino por sentarte con los ojos cerrados al sol,
y que te quedarías así, inmóvil, para siempre;

que rehúyes los vínculos porque el "hombre es un lobo para el hombre"
pero, en soledad, te morirías de debilidad;

que eres egoísta y vanidosa porque quieres que te quieran como tú quieres,
que crees que es más de lo que te quieren;

que pensabas que el esfuerzo lleva a la recompensa,
la rebeldía a la justicia,
la palabra a la coherencia,
¡tantas varitas mágicas con las que te han cruzado la cara¡,
aunque sigues poniendo la otra mejilla;

que la vida es un sinsentido,
que se reduce a un camino,
caerse y volverse a levantar,
Sísifo, su piedra, y otra vez a empezar,
y ser capaz de olvidarlo y arrodillarse,aún con la losa, a oler las flores de la cuneta;

que tú prefieres ser guijarro humilde, piedra pequeña,como..."

-¡Basta¡-gritó, y le podía la ira-

Había abierto aquella puerta esperando escuchar la voz del oráculo y era la de su biografía. Quería futuro; no, presente y mucho menos pasado.

Pero, más tranquila, se dio cuenta de que el instante presente sólo era el futuro que buscaba hace un rato, que se calzaba ya las botas rumbo al ayer.

"La vida no se teoriza, se vive"

¡Esta vez, sí¡ Era la acertada voz del oráculo.

sábado, 5 de abril de 2008

CARTOGRAFÍA CARNAL


Era una sensación de estar fraccionada: como si el cuerpo corriera detrás del espíritu en un intento fracasado de darle alcance. Se había sentido así de desbocada y lo achacaba al derroche primaveral. Todo brotaba desenfrenado: tierno, fresco, rebosante, como los brotes del abedul, lechosos, igual que su corteza de papel. Era una fertilidad extenuante.

Se tumbó cerrando los ojos y buscó la inmovilidad. Le gustaba , en la quietud absoluta, discernir los sonidos del entorno: las únicas vibraciones en aquella paralización reconfortante, hasta que ¡zas¡: asida a las alas de una de aquellas ondas se volvió mariposa.

Reconocía desde afuera aquel cuerpo tumbado que era el suyo. No extrañaba ninguno de los accidentes de aquella cartografía carnal: la manera en que dobladan sus largas manos, cómo se le revolvía el pelo o hundía la barbilla. Sabía que aquella orografía la había modelado en lo invisible.

Pero recordó lo que le había ocurrido: entre sueños, cuando la vigilia se quiere abrir un hueco, al despertar, no había recordado su aspecto. Fue una sensación extraña: sabía que era ella pero confundía su apariencia; llegó incluso a pensar que el suyo era un envoltorio masculino; y quizá, un día lo fue.

Y mañana se disolverá, tal vez en un exceso primaveral o acaso en la espera invernal. Entonces sus átomos y moléculas se volverán árbol, agua, aire, y cuando él los mire, ella, desde su nueva figura, le seguirá queriendo, porque el amor no es pasto de gusanos.

martes, 1 de abril de 2008

LOS MALABARES DE LA MEMORIA


Era un camino de arena, aunque estaba lejos el mar. Recordaba cómo se desmoronaba la infinidad de granos cuando sus zapatos surcaban sólidas estelas. En aquel periplo no estaba sola; siempre hubo otros pies calzados al lado y enarenándose juntos lograban sacudirse las partículas del tedio y rebozarse en fantasía...

¡Sí¡, porque era un camino lugar de tesoros...Hacía años que no lo invocaba: el tiempo suele cambiar la sílice por el fango. Pero hay veces que la memoria se vuelve tierna y regresa a senderos amables. Recordó, entonces, los trofeos del botín: piedras de colores y flores blancas, acomodadas en la orilla, a salvo de la fuerza de aquel pequeño arroyo de montaña.

¡Cómo cortaba el frío del agua las manos y cómo olían las flores¡ Un cuchillo de aromas. La memoria, otra vez, ahora con malabarismos sensoriales.

Cuando entraban en aquellos dominios se borraban los límites; y el pájaro, la rama, la hierba, la piedra, los pinchos de los matorrales se licuaban en sueños perfectamente palpables.

El camino de arena era el portal del tesoro. Pero, ya "NO EXISTE". Era la insistente voz de su memoria; ahora chirriante; se le había clavado como un hierro helador en su tibia espalda y le quemaba. A veces, la memoria sólo fustiga.

sábado, 29 de marzo de 2008

ESTÁS AHÍ, NO SÓLO PARA LLAMARTE



La veía bien y eso la ilusionaba tanto que no podía parar quieta, pero ya no daba saltos de alegría, porque sabía lo que era caer al precipicio.

Le entusiasmaba la voz con la que la había escuchado, su claridad, convicción y contundencia, las mismas que tantas veces habían precedido al fracaso,al abandono y la desolación...Pero seguía dejándose engañar por los buenos augurios; necesitaba creer en la esperanza; por puro egoísmo se dejaba envolver en sus inconsistentes hilos invisibles, porque era incapaz de darla por perdida.

Se levantaba, pero, como otras veces, seguramente, volvería a caer....Era cuestión de tiempo, y si no,¿por qué la negra desesperanza aguardaba ahí, agazapada?

No se creía la inmensidad que valía, y se callaba cada vez que se lo espetaba a su mirada azul. Pero no se quejaba; ni pedía nada, siempre estaba ahí,para que dijeran su nombre cuando la necesitaban. Y ella también la llamaba, moriría sin nombrarla, por eso le dolía tanto su sino.

viernes, 28 de marzo de 2008

TAN CERCA DE LAS HOJAS



No paraba de recordarlo. Aquel hombre subido a un púlpito increpando a Dios. Le decía que estaba enfadado por todo lo que le estaba haciendo sufrir. La misma enfermedad le había arrebatado otra vez -la segunda- la mujer que amaba. Era para descomponerse, para sentirse roto, deshecho en añicos, y volverse preguntas, rabia, impotencia; animal herido. Pero aún en la memoria, su discurso continuaba descolocándola.

Era comprensible el bramido para no naufragar en el dolor; pero aquella voz le resultaba altanera. Creía que el dolor de verdad sólo podía ser humilde, porque desprovisto de orgullo traspasa corazones que lo hacen suyo y por un instante alimentan la ilusión de volver más liviana la carga, aunque cuando se arrastra se sabe única e intransferible.

Le reaparecían ahora otras palabras....Las de aquella joven que había decidido ser ella misma y se había afeitado la cabeza para no caer en la tentación de regresar a la sumisión en la que había vivido. ¡Como si la libertad se lograra con un cambio de
loock¡

Últimamente había salido demasiado al mundo, y como muchas veces, no le agradaba lo que veía. Acababa enjuiciando, poniendo límites que siempre resultan castradores, simplistas, y, probablemente una equivocación.

Necesitaba serenidad. Abrió aquella caja pintada de cometas al viento y buscó una pequeña hoja de abedul que un día secó en la prensa. ¡Qué cerca se sentía de ella¡

domingo, 23 de marzo de 2008

DECIDE EN QUÉ TRANSFORMAR LAS EMOCIONES


Era una sensación sedosa, embrionaria. Se sentía como en una burbuja protectora que la arrullara. Se lo daba aquellas relaciones de viejos corazones de sobra conocidos con los que se había formado como persona. Ocurría durante un tiempo incipiente, sobre todo después de una ausencia, más o menos prolongada, en la que incubaba un deseo de proximidad que ahora saciaba.

Pero pasados los prolegómenos, comenzaba a ver algo más; se le revelaba el armazón de aquel nido delicado y topaba con la torsión de los hilos, la tensión de la urdimbre, las tiranteces del tejido, los nudos de la red...Durante mucho tiempo le habían parecido miserias humanas y descubrirlas le disgustaba porque creía que ensuciaban aquella sensación tan prístina y, a veces, hasta dudaba de su pureza por todas las imperfecciones de ese envés.

Pero hacía no mucho, y por circunstancias que otro día explicaré, había empezado a digerirlo. Lo que había interpretado como bajezas humanas era un error; nacía de que había entronizado lo que debía, pero escondiendo lo que no y estaba descubriendo que la belleza, para ser, necesita de la fealdad, y que lo hermoso y lo horrible al final son una unidad porque interdependen..

Y aquellos corazones, viejos conocidos, que la arrullaban eran suaves porque también tenían astillas.Y ya no se avergonzaba de que pudieran resultar ásperos e irritables porque cuanto más rasposos, más delicados llegarían a ser.

viernes, 14 de marzo de 2008

LA VOZ PAUSADA Y ELEGANTE SE HA IDO


Bastaba un segundo, incluso menos: una centésima, una milésima hasta un nanosegundo. En un instante llegaba el batacazo capaz de pulverizar las variables espacio/tiempo de la ecuación vital más estable.

Sabía que su mayor certidumbre era la transitoriedad pero cuando sentía en sus carnes cómo se desestabilizaba, de la noche a la mañana, el correlato existencial de un alma cercana se volvía intensamente frágil, hasta desarmarse.

Se imaginaba enfrentada a esa cuenta atrás en esta edad, que era la misma de ella; de esa voz que había escuchado por el teléfono y que a duras penas ponía cara; pero sí historia, porque alguien que la quería se la había contado, sin pretenderlo, a lo largo de los años; se la había hilvanado arañando retazos de lo cotidiano, que al final, es lo que esboza una biografía.

"Te ha llamado tu hermana": no hacía un mes de aquel último post-it que le había prendido al teclado, y le estremeció pensar que nunca más habría oportunidad de otro. Jamás volvería a escuchar aquella voz pausada y elegante a la que no había tratado en primera persona.

Sabía que a ella también le llegaría el día de quedarse petrificada, con el auricular en la mano, destrozada por el dolor de la ausencia de una voz de las que entretejían su universo sonoro, y estrujaría con fuerza, impotente, el teléfono, intentando descargar su desoladora pena. O quizá fuera antes la voz que dejaría de sonar en oídos que la querían. ¡Cómo duele la certeza de la fugacidad¡

martes, 11 de marzo de 2008

SOLTANDO NUDOS

Llovía y la música clásica que llevaba un rato arpegiando acordes minimalistas lo humedecía todo aún más de tristeza.

No extrañaba aquella desolación,hasta que empezó a notar cómo se ensanchaba con los vapores aceitosos del eucalipto.

Aquellos movimientos circulares en los músculos de su espalda; de aquellas manos curanderas, de aquel alma tan cercana que, desatándole la rigidez corpórea, le aliviaba el espíritu.

A cada círculo sentía cómo la materia perdía gravedad y se elevaba desliéndose en algo universal, sin forma ni límites: infinito.

Cuando volvió a la calle sólo olía a ozono; se había diluído la melancolía. En los charcos quedaba el reflejo brillante de la noche.

sábado, 8 de marzo de 2008

ATALAYAS DE FANTASÍA


Utilizaba los lapiceros hasta que se le escapaban de las yemas y cuando ya no había madera que seguir afilando los guardaba en un bote de cristal, que iba llenando con restos de otros lápices.

Mientras cerraba la tapa le contaba que le era imposible deshacerse de ellos, "por los vínculos" -le explicaba- y le hablaba de sentimientos. De que el "trozo azul" había sido un lapicero muy viajero pero que en el mundo de cristal al que había llegado no se separaba del "verde", que sólo se desplazó en su vida de escribiente del cajón de la cómoda a la cercana mesa de trabajo....

Se había aferrado a la fantasía para seguir adelante y cuando acariciaba las cosas revelaba que sus mundos estaban anclados en dimensiones invisibles; como su sonrisa, que hablaba del paraíso de la infancia en un rostro fruncido de arrugas y melena blanca.....Y pensó en las atalayas que nos vamos construyendo y quiso ser consciente de la suya.

La estaba levantando sobre miradas sin velo, de esas en las que al final hay siempre un pozo de luz que si la respiras se te ensancha el corazón, y el tórax y la punta de los dedos, y entonces te recorre una corriente tibia que no es más que un eslabón de un gran lazo de tornasoles que alguien sostiene allá, en algún punto del universo.

martes, 4 de marzo de 2008

DAR SENTIDO A LA VIDA

Cuando flaqueaba se sentía como si pegara la nariz a un gran cristal tras el que se alejaba el mundo. Todo se volvía acuoso y lento y le gustaba esa sensación de espectadora desapasionada. Sobre todo, porque solía ocurrir después de alguna tormenta.

La última era vieja -tanto como el aire que respiraba- pero le había vuelto a extenuar. No soportaba sorprenderse vegetando, desperdiciando la luz, y aquel rítmo rutinario la estaba dejando sin sabores, sin olores, sin sonrisa....Cuanto más lo sentía, más se alienaba y caía rendida a los pies de sus fantasmas. Conocía sus ademanes y sus argumentaciones futiles que la hacían sufrir. Duraban días aquellos combates hasta que algo pequeño le hacía parar; entonces empezaba a sentir y apreciar el don de la vida; nada había tan importante como sentirse viva. Cuando vencía, ése solía ser el apasionante botín de la refriega.

Luego, necesitaba degustarlo y pegaba la nariz a un gran cristal tras el que se alejaba el mundo.

domingo, 24 de febrero de 2008

LA PÉRDIDA DE UN TALISMÁN



"Tengo miedo". Cuando pronunciaba aquella frase, lo hacía llamándole. Mientras se acercaba, ya sus pasos descalzos la tranquilizaban. Luego, en el flanco de la puerta, su olor protector y su voz balsámica: "¿Eso?, eso no es nada; tú tranquila; no pasa nada" -volvía a insistir-

Entonces, se sentía arropada, querida, y era capaz de conciliar el más dulce de los sueños.

Hacía días que lo gritaba en silencio. El miedo se iba convirtiendo en pavor, y él no aparecía en el quicio de ninguna puerta. La distancia lo volvía difícil, y los años, imposible. Habían pasado demasiados como para pedir consuelo. A él, le extrañaría si lo hiciera; probablemente le derrumbaría aquella debilidad no superada.

No obstante, su existencia , lejana y mitigada por los roles teatrales que va imponiendo la vida , encerraba aún la potencialidad del talismán que fue. Un rescoldo capaz de avivarse, si fuera necesario. Por eso, aunque ya no la calmara, le horrorizaba perderlo.

Probablemente, ése era el origen de su pánico insistente: la posibilidad de la ausencia, de la falta definitiva. El desconsuelo insuperable reinaría entonces, hasta el final.



lunes, 18 de febrero de 2008

EL ALMA ENTINTADA


Había ambientes que le estrujaban la boca del estómago.
Llevaba horas ahí y no dejaba de sentirlo. Intentaba engañarse con una contención desmesurada, pero cuanto más fingía serenidad, mayor era la opresión, las descargas: en el estómago, en los brazos, en la punta de los pies...
Existen las vibraciones negativas y aquel lugar estaba sembrado. Sobraban almas mezquinas para regarlo y, en tiempos de sequía, tanta abundancia motivaba aquel vergel.

Desde que lo estaba escribiendo, se distanciaba. A veces sólo consiste en dejar que una punta vaya modelando en tinta lo que parece intangible pero pesa. Se concentraba en aquellos movimientos automáticos; una conexión perfecta entre dos mundos.

Sólo una mano y un alma, atados por hilos invisibles que se dibujaban en un paisaje gráfico, probablemente previsible, al menos para ella, pero liberador.

Aquella mano y aquella tinta...¡Por Dios¡ , que fueran para siempre.

"Una pieza terminada de caligrafía no es simétrica, ni "perfecta";
trasluce el sentimiento y el rítmo de quien la creó".


miércoles, 13 de febrero de 2008

EL SONIDO ÍNTIMO DE LAS PALABRAS



"....donde se encuentran lo más truculento y lo más sublime,
lo máximo y lo mínimo del hombre,
en los salmos de la vida"

Solía degustar frases de las que desconocía casi todo pero que se le quedaban pegadas como una sintonía machacona; le perdía jugar con las palabras, con la sonoridad de las letras; casi más que con los significados. Estaba convencida de que algo era bueno cuando le sonaba bien. Sólo la musicalidad era capaz de conmoverla; ocurría cuando concordaba con su melodía vital y se reconocía en claves, escalas, fusas y semifusas....Pero también identificaba otros pentagramas....

Como el de la frustración y la ira de aquella cara con la que acababa de cruzarse. Como cada mañana, pero no dejaba de sorprenderle tanta mala leche instalada en aquel frunce de entrecejo. Ni un sólo día aflojaba un ápice.

Y pensó en las palabras que acompañarían a aquel rostro encogido de enfado. En la cadencia de las sílabas de aquella existencia; en el rítmo de los significantes que se rebozarían en su mente para volverse significados. Por un momento dudó de que existiera una eufonía reconfortante para aquella realidad. Y le pareció ver, más bien oir, una recua de palabras huyendo espantadas. Una fuga en re menor.

jueves, 31 de enero de 2008

QUERER PARA NO DESTRUIRSE



Llevaba días comprobando la reacción física que le producía su presencia. Estiraba la espalda, quizá para fingir un mayor volumen ante un posible combate. Como cuando los gatos erizan el pelo y se duplican. Ella también se sentía amenazada en cuanto lo intuía compartiendo el espacio.

Sabía de sobra que la negatividad es un boomerang que te devuelve lo que lanzas. Por eso, se obligaba a esbozar una sonrisa, pero pronto se descubría en un gesto histriónico; un músculo nervioso al que le costaba embates serenar. Cuando lo conseguía, la presión se le trasladaba al pecho, como si el corazón se encogiera resistiéndose a querer. Y entonces deseaba perder de vista a aquel individuo que tanto la violentaba. Pero nunca se iba tiempo.

Por eso se propuso sentir afecto por él. La compasión era el único camino que la salvaría. Sólo se alejaría de su destrucción pulverizando aquella enemistad. Con amor. La conclusión se le rebelaba en las entrañas. Pero sabía que, al menos, a ratos, la apaciguaría, como había ocurrido con su sonrisa.

domingo, 27 de enero de 2008

PARTÍCIPEMENTE AJENA



A veces la belleza le daba ganas de morirse. Pero no por acabar la vida, sino por fusionarse con lo hermoso. Una manera de que sus átomos -sabía que perennes- continuaran su eternidad en un entorno radiante.

Le ocurría cuando descubría un paisaje cautivador. Lo miraba fijamente y respiraba con profundidad sus formas y colores. Era un momento de sublimación que le hacía sentirse parte de un todo universal. Palpitar a un unísono global cuyo único y poderoso vínculo era lo natural.

Sabía que esa exaltación de hermosura estaba ahí siempre, aún cuando ella no era consciente, aún cuando lo olvidara o cuando no fuera capaz de apreciarla sumida por el dolor, el horror o la fealdad.

Le golpeó una frase de días atrás, de una conversación sobre alguien desconocido. "Cuando le dijeron que le iban a entubar hizo así", y quien lo contaba emulaba una mueca de una resignación lacerante, y sintió los últimos momentos de aquel joven desconocido. Su terrible pesar por tener que decir adiós. Su nerviosismo, su miedo ante un precipitado final jamás imaginado. Su desesperado intento por buscar paz ante lo inevitable.

Y se vio tremendamente pequeña; temblorosa, incapaz de asumir en soledad una situación semejante, pero a la que te aboca la vida sin contemplación. Sin sentido. Porque la vida no lo tiene. Pero la hermosura de aquel paisaje le daba razones sin que jamás lo hubieran pretendido ser. Porque todo ocurría simplemente porque pasaba. Sin intencionalidad.

Seguramente en aquel momento alguien volvía a agonizar, o nacía, o lloraba. o lo torturaban, o estallaba de alegría, o se sentía pleno o vejado....Y la hermosura de aquel lugar seguía estando ahí. Ajena o quizá partícipemente ajena. Porque sólo hay un barco.

domingo, 20 de enero de 2008

EXPERIENCIA DISOLVENTE



Respirar el azul del cielo,
las hojas crujientes de roble,
el olor húmedo del barro.
Esquivar la boñiga de un caballo, que ya no está.
Tararear la canción del agua saltarina,
del pajarillo el susto se vuelve vuelo,
jadear,
trepar a una cumbre para ver las demás.
Volatilizarse.

Hacía días que algo insistente,
como una pegajosa resina
la intoxicaba,
desde las escamas de la piel hasta el alma del alma:
el pertinaz conglomerado de fuerzas del subconsciente,
asquerosamente incansable.

Sabía que la arrastraba donde no quería
y, cuando manoteaba negándose,
aún se pringaba más y más,
hasta la misma esencia
adulterada.

En el sonido silencioso de la montaña
escapaba de su corporeidad
y la densa película de resina
se disolvía.

lunes, 14 de enero de 2008

APRECIAR EL REGALO DE SU PRESENCIA


Tenía la sensación de que se le escurría entre las ranuras de los dedos
no de ahora sino de siempre
sin embargo, no era acuoso ni huidizo.
Era ella, y las circunstancias que la empujaban
y la volvían incapaz de acariciar a sabiendas aquel puñado de río puro
tan natural, tan prístino, tan imposible de adulterar.

Un día lo dejó siendo niño y cuando volvió le atemorizó
aquel estruendo de voz, los gestos distintos: la alquimia de la adolescencia le había
despertado al amor, al disfrute, al esfuerzo de empezar a construirse
y ella no había estado ahí como en la infancia cuando tuvo miedo y le apaciguó
o un secreto y se lo guardó.

No había estado en aquel tránsito que suponía doloroso, nadie a su lado para compartir nada;
sólo la diferencia, la brecha generacional
le hubiera gustado ser un par de brazos para taparla y aminorarla
Se sentía culpable, y era una pesadilla recurrente.

Ahora otra vez lo sentía
y él seguía estando ahí, tan limpio como permiten las decepciones
pero las circunstancias abocaban de nuevo a la incomunicación.
La algarabía de los hijos, sus juegos, sus risas;la casa, el trabajo, el reloj;
eran ahora la barricada entre ellos.

Pero, ¡se acabó¡
Estaba dispuesta a disfrutar de su presencia íntegra:
su mirada, su sonrisa, sus enfados, sus alegrías, sus silencios......;
se recrearía en todos los indicios de su presencia
y los degustaría lentamente
iba a empezar a ser salvajemente consciente de aquella existencia
y, ¡estaba decidida¡, así aniquilaría la destructiva sensación de pérdida.

¡El estaba ahí¡
SER, EXISTIR, VIVIR
un regalo que nada le impediría apreciar.

sábado, 12 de enero de 2008

PALABRAS PARA JULE

Lo hago cuando no puedo más: busco el tobogán, la montaña rusa,
de tus pestañas y me alejo del mundo en su aleteo.
Sé que ahí está tu esencia. Cada cuerpo la encierra en un lugar,
y en el tuyo se ha ido a la antesala de los ojos.

Ya de niña, hablabas con ellas. Era un código velocidad/pestañeo.
Cuando algo te atemorizaba, te sorprendía,
o te desbordaba de expectativas,
el parpadeo se volvía tan veloz que aún me parece sentir su hálito.

Ahora has cambiado de estrategia; quizá por la adolescencia.
Prefieres mirar de soslayo
como si nada fuera suficientemente interesante.
Y en esas pasadas de desdén
te parapetas en sus filamentos interminables.

La vida te los irá torneando, y en la distancia, los reconoceré
porque alimentarán la brisa que ahora me palpa la cara.

"Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
(....)
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor tendrás amigos.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso."

("Palabras para Julia", del poeta José Agustín Goytisolo)



jueves, 10 de enero de 2008

A LAS SIETE Y CUARENTA Y CUATRO

Susurros al fondo del patio

se los lleva el brezo que barre
las hojas de castaño
hace tiempo perdidas

corpulencia,
en diagonal atravesando la acera
con los ojos esquivos de siempre
irreconocibles

"Calefacción de gas, aire acondicionado, frío industrial"
anuncios que se aparcan y que llevan al trabajo mientras anuncian

y la cabeza afeitada, reluciente
con el traje y la corbata, siempre
¡qué monotonía¡
y comiéndose compulsivamente las uñas
¡qué feo¡

Con tanto divagar, otra vez llego tarde
la culpa la tiene esta agradable brisa en enero
Las siete y cuarenta y cuatro, como todos los días.







lunes, 7 de enero de 2008

ALBAS EN VELA



Se le había sentado enfrente y hacía un rato que le hablaba. Jamás le había oído nada sobre su hija, pero ahora centraba su soliloquio.

Balbuceante, las sílabas desdibujadas, parecía que le lastimara vocalizar.
El tono inaudible.

Pero le dolía lo que contaba. Lo decían sus ojos, cansados de albas en vela,
sus manos agrietadas de tanto intentar retener las de ella.
Cuando se engañaba con la esperanza sus palabras se afianzaban.

"Es bobada -dijo- , sólo depende de ella"
Se levantó y, mientras se iba, supo que arrastraba una culpa.

domingo, 6 de enero de 2008

LA MEMORIA DE LOS RESTOS


El plato vacío; la copa también; la botella medio llena; el servilletero; a un palmo, la servilleta encogíendose arrebujada...

Le gustaba aquella perspectiva de la evocación. Planos en la línea de lo efímero convergiendo en la remembranza de lo que hace un momento fue.

De la totalidad a los restos de la nada. La ruina en su capacidad de sugerir. Metonimia de la parte por el todo.
Siempre había atisbado un rastro creativo en la devastación de la decadencia.

Como la mesa a punto de ser recogida.
Igual le pasaba con los pueblos abandonados.
Los escombros le aturdían con múltiples retazos de historias probables.

Variables infinitas que las piedras inertes atestaban de vida
o acaso vestigios estériles de algo que jamás llegó a ser.


sábado, 5 de enero de 2008

OXITOCÍNA-te


Se había levantado con un nudo de pesadumbre embarrancado en la boca del estómago. Como otras veces, era por el día: tan nebulosamente gris, tan húmedo de tristeza, huérfano de luz.

Esa atmósfera le oprimía y con el llanto solía recuperar la fluidez. Pero esta mañana no quería lágrimas; quizá intuía un riesgo de desbordamiento que no quería afrontar. Hoy, no.

Prefirió otra catarsis: el placebo de los recuerdos.

Por la manga, el hombro, el lado izquierda de la cara; empezó a notar más temperatura.

La claridad salía de su escondite y a cada paso se volvía más dorada. Estaba respirando rayos de sol.

INS-PI-RA-CIÓN.....ES-PI-RA-CIÓN......INSPIRAR......ESPIRAR...........

Decidió moverse lentamente y observar su entorno con una mirada salvajemente queda.

Ansiaba tatuarse en las neuronas la cálida transparencia de aquella luminosidad; archivarla en sus circuitos cerebrales para que la meciera en las mañanas empastadas, dejándola a salvo de las nieblas que le encapotaban el corazón.

Por un hueco, estaba asomando el sol.


jueves, 3 de enero de 2008

HORRIBLEMENTE CUERDO


Hacía un rato que había terminado la conversación, pero aún le resonaban los ecos de aquella frase.

"Es como si habláramos de burros que vuelan y discutiéramos sobre la longitud de sus alas. ¡Pero si los burros voladores no existen¡"

Con los puños de aquella evidencia se golpeaba una y otra vez en el raciocinio. Pero la hiriente locura , al otro lado del teléfono, la obligaba a entrar en diatribas desquiciantes y a argumentar, ¡como si los burros volasen¡, frente a delirios demoledores.

"¿Locura? o ¿mezquindad?", se atormentaba, "porque van por separado"

Locos con el escudo de la lucidez. Ruines con la adarga del desvarío. Entre tantas rodelas, broqueles y corazas para sobrevivir, no es fácil desvelar el jaez de quien los esgrime.

"Se murió aquel manchego
aquel estrafalario fantasma del desierto

Ya no hay locos en España
ya no hay locos"

Pero sí un burro que te hace volar "tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos"
(el vídeo es precioso)


miércoles, 2 de enero de 2008

PROCESO SENTIMENTAL RECURRENTE


Se quedó inmóvil en el flanco de la puerta. Su expresión se había paralizado en una mueca mezcla de pena, dolor y angustia. Conocía perfectamente aquel gesto; muchas veces había funcionado como un dardo directamente al corazón; y cuando no, al contemplarlo se volvía irascible.

Le daba rabia la pena; pero no en general, lo que no soportaba era su sufrimiento, con especial incidencia en el posesivo. "Su"no, "su", de ninguna manera.

La amargura de otros la toleraba y hasta la comprendía. Pero por aquella aflicción no se permitía compasión. Se sentía tremendamente egoísta y se castigaba con fuerza porque no había podido estar a la altura de los que verdaderamente amaba.

Entonces, el pesar de aquellos rasgos, en el umbral de la puerta se le clavaban como alfileres y de la sangría de la ingratitud acababa brotando el arrepentimiento que desembocaba en la ternura.

Se repetía que jamás volvería a tener sentimientos de aquella ralea. Su propósito de la enmienda era sincero, tanto como su despiadada certidumbre de que aquel siempre sería un viejo proceso recurrente.