Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

jueves, 24 de julio de 2008

A VECES



Sentía como si se estuviera enviando paquetes a sí misma;
compraba el papel de embalar más resistente,
la cinta más adhesiva;
escribía primorosamente la dirección....

Y cuando lo recibía se alegraba con resignación;
le entusiasmaba abrir paquetes, aunque fueran suyos, por culpa de aquella neurona de la esperanza que se negaba a abandonar su cerebro;
en un momento fugaz, la convencía y le hacía creer que encontraría otra cosa, algo en lo que se hubiera transmutado el envío; algo que hubieran colocado otras manos que no fueran las suyas, algo que la sorprendiera, o mejor algo que le enviara ternura de alguien capaz de darla.

Pero todo estaba perfectamente colocado: las mismas cosas en el mismo orden en que ella las dejó....Sin sorpresas...Con ausencias....Así sentía su vida....A veces....

lunes, 14 de julio de 2008

DE OJOS Y LÁGRIMAS O LAS LÁGRIMAS DE OTROS OJOS

Me quise quedar a vivir en tus ojos;
lo supe desde que los ví: me hipnotizaron,
mientras alguien te nombraba y hablaba de caballos, mares e islas.

Porque tus ojos trotan y navegan
y llevan salitre en la brisa de la pupila,
y magnetizan....

¡Qué ojos más negros tienes¡:
¡para que me comas mejor¡

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No llores,
porque no se puede;
la primera lágrima, una cena en el Ritz,
la segunda, quince noches en el Sheraton;
¡Te arruinarás¡

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viernes, 4 de julio de 2008

PORQUE NO SOY SÓLO UNA PIEDRA



La imaginó en el mismo quicio de la puerta en el que ahora ella se encontraba....La luz doraría el valle como en ese momento.....y amarillearía el verde recién estrenado y rabioso de los fresnos, y sonaría, como estaba oyendo, las aguas revoltosas del arroyo, ladera abajo, la misma dirección en la que miraban sus ojos, que no podían desprenderse de aquella torre que habían empezado a levantar en el valle.

Recreaba aquella mirada hipnotizada por el soniquete del cincel modelando el granito.....pero no le interesaba la monorritmia en la que se fundían el hierro y la piedra sino las manos del artesano: cuadradas y firmes , precisas y hermosas, capaces de acariciar con fuerza, y entonces el ensueño de aquel tacto que le traía el sonido a través del valle la hacía enloquecer de sensualidad....

Habían pasado más de mil años.....

"A su izquierda, uno de los ejemplos más sobresalientes del románico de este valle; llama la atención la belleza de las formas que esculpió el cantero"

Las palabras de la guía la hicieron mirar al campanario y los sillares le contaron una historia de caricias robadas y de manos que retuvieron contactos fugaces y que desesperaron y enloquecieron cuando no pudieron tocarse.

A veces las piedras, hartas de parecer sólo capiteles o simples dinteles o meras portadas , se encolerizan y traicionan pactos de silencio milenarios.