Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

domingo, 23 de octubre de 2011

OTROS HABITANTES QUE PRESERVAR


Se sintió clamando por aquella otra boca.
Como si su dolor hubiese encontrado la palabra perfecta en una garganta extraña.
Con sus mismos claroscuros. Con idénticos timbre y emoción.
Como si alguien estuviera vibrando con la clave secreta de su nostalgia.

Entonces, tras una cortina de lágrimas, se destapaban las cajas de sus secretos.
Salían a pasearse ansiosos de oxígeno vital.
Ya habían aceptado que su lugar estaba entre la seda que tapizaba aquellos pequeños contenedores pero, sólo de vez en cuando, necesitaban estirarse, desplegarse y llenar con su presencia un universo al que habían renunciado, pero no a la idea de que en una ocasión ellos también pudieron haber sido. Pero la cobardía es mal asunto "para los hombres y los amantes".

Y volvió a ocurrir lo de siempre.
Cuando en aquellas escapadas, esos elementos de melancolía se envalentonaban y eran capaces de mirar de frente al espejo de los fracasos, el cristal se hacía añicos, los elementos melancólicos se espantaban y volvían como una exhalación a las entretelas sedosas del fondo de sus cajas.

Entonces ella se culpabilizaba. Había vuelto a ser demasiado ingenua y ese algo que no sabía cómo llamarlo, pero que siempre actúaba, la había vuelto a poner en su sitio. "Nada es lo que a tí te parece. Nada es tan prístino como pretendes"..

Era un alma que ya envejecía y se había acostumbrado a aquellos procesos.
Pero en lo más profundo de su ser sabía que las cajas de sus secretos volverían a destaparse y airearse y a intentar invadir espacios. Quizá lo que debería aprender es la firmeza necesaria para dejar claro que aquellos espacios ya no les correspondían. Había otros habitantes que preservar.