Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

sábado, 29 de marzo de 2008

ESTÁS AHÍ, NO SÓLO PARA LLAMARTE



La veía bien y eso la ilusionaba tanto que no podía parar quieta, pero ya no daba saltos de alegría, porque sabía lo que era caer al precipicio.

Le entusiasmaba la voz con la que la había escuchado, su claridad, convicción y contundencia, las mismas que tantas veces habían precedido al fracaso,al abandono y la desolación...Pero seguía dejándose engañar por los buenos augurios; necesitaba creer en la esperanza; por puro egoísmo se dejaba envolver en sus inconsistentes hilos invisibles, porque era incapaz de darla por perdida.

Se levantaba, pero, como otras veces, seguramente, volvería a caer....Era cuestión de tiempo, y si no,¿por qué la negra desesperanza aguardaba ahí, agazapada?

No se creía la inmensidad que valía, y se callaba cada vez que se lo espetaba a su mirada azul. Pero no se quejaba; ni pedía nada, siempre estaba ahí,para que dijeran su nombre cuando la necesitaban. Y ella también la llamaba, moriría sin nombrarla, por eso le dolía tanto su sino.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De obligación nada. Tus textos hablan de terceras personas que no consiguiría imaginar sin tu forma de escribir.
Otro fantástico texto. Y dejaré huella aquí, porque ¿para qué otra cosa sirve un blog si los que estamos detrás de él no podemos recibir abrazos en la desdicha o felicitaciones en los buenos tiempos?
Felicidades una vez más.

ESCRIBIENTE dijo...

Tienes razón. Pero, empecé escribiendo para reinventarme; luego quise decir algo a quien me leyera, y, ahora, espero su comentario.

No sé hasta donde llegará este desenfreno de vanidad.

Dicen que la avaricia rompe el saco; en el mío, antes de esto, ya había agujeros de frustración..Y una arpillera sin rotos no es una tela de saco.