Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

sábado, 8 de marzo de 2008

ATALAYAS DE FANTASÍA


Utilizaba los lapiceros hasta que se le escapaban de las yemas y cuando ya no había madera que seguir afilando los guardaba en un bote de cristal, que iba llenando con restos de otros lápices.

Mientras cerraba la tapa le contaba que le era imposible deshacerse de ellos, "por los vínculos" -le explicaba- y le hablaba de sentimientos. De que el "trozo azul" había sido un lapicero muy viajero pero que en el mundo de cristal al que había llegado no se separaba del "verde", que sólo se desplazó en su vida de escribiente del cajón de la cómoda a la cercana mesa de trabajo....

Se había aferrado a la fantasía para seguir adelante y cuando acariciaba las cosas revelaba que sus mundos estaban anclados en dimensiones invisibles; como su sonrisa, que hablaba del paraíso de la infancia en un rostro fruncido de arrugas y melena blanca.....Y pensó en las atalayas que nos vamos construyendo y quiso ser consciente de la suya.

La estaba levantando sobre miradas sin velo, de esas en las que al final hay siempre un pozo de luz que si la respiras se te ensancha el corazón, y el tórax y la punta de los dedos, y entonces te recorre una corriente tibia que no es más que un eslabón de un gran lazo de tornasoles que alguien sostiene allá, en algún punto del universo.

2 comentarios:

Eli dijo...

Vinculos,mundos anclados en dimensiones semejantes y una atalaya para mirar más alla del horizonte y descubrir que aunque no quede madera para afilar, siempre queda algo más alla.

ESCRIBIENTE dijo...

¡Qué alegría, encontrar tus píxeles amables en este mar de cables¡