Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

sábado, 30 de agosto de 2008

"SU PASMO NO ES TRANSITORIO"


Evitaba las conversaciones. Le suponía un triunfo seguirlas, articular palabras que no le salían o, a veces, brotaban inconexas,equivocadas y no estaba dispuesta a observar y padecer el aturdimiento del interlocutor. Así que se refugiaba en el aislamiento.

Era a lo que le estaba abocando aquella ralentización cerebral. Se recordaba a los movimientos pesados de los astronautas en ausencia de gravedad; una especie de estado narcótico neuronal que no le disgustaba del todo.

El embotamiento le servía para alejarse y a medida que tomaba distancia todo se desdibujaba, por su cuadro soporífero, y por qué ocultarlo, por su astigmatismo galopante. Pero de la incipiente vejez que la asediaba prefería no hablar.

Cuando lo que no agrada pierde sus contornos a la vista, es como si se borraran; entonces se pueden redibujar recuperando formas deseadas, y cuando se entra en el mundo de los deseos cumplidos, nadie quiere salir del embeleso.

Por eso le preocupaba aquel pasmo que, por puro deseo, empezaba a dejar de ser transitorio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un texto precioso. Algo así pasa con los veranos. Hoy, 1 de septiembre, idealizas aquella tarde, o aquella mañana tranquila tomándote el café del desayuno apoyado en el alféizar de la ventana. Y la redibujas con todo detalle. Y la amas con locura.

Un abrazo.

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

A veces, es mejor ver la realidad desdibujada que con todos sus colores. Es consolador sobre todo cuando la realidad no puede ser cambiada.

Besos

Eli dijo...

Hasta que aparezcan nuevos deseos sin cumplir...