
Como un emisor de SOS
perdido en lo más hondo de un mar tormentoso,
abandonado en la más solitaria de las cimas montañosas;
aunque en aquel alarido de desesperación estuviera empeñando todas sus fuerzas,
la mayor de las intensidades de sus cuerdas vocales,
resultaba un grito asombrosamente inaudible;
y se palpaba para cerciorarse de su existencia,
y al tentar sus huesos sentía las vibraciones
de aquella señal de socorro,
que no llegaba a nadie,
absolutamente a nadie,
ni siquiera a su ángel de la guarda -estaba olvidando la brisa de sus alas-.
5 comentarios:
A veces todo parece un desierto, y esa brisa no aparece por ninguna parte. Muchas de esas veces, sólo hace falta levantar la mirada y ver la enorme pared que nos quita ese viento refrescante. Es cuestión de saber dónde y cómo se está.
Ah! Y si de verdad es una señal de SOS, al menos aquí ya ha llegado.
Un abrazo y gracias!
Gracias a tí y a tus palabras siempre balsámicas.
¿Se habrá perdido en ese cielo-mar?
Con semejante imagen, no lo dudaría...
Lindo texto =)
Sólo quería mandarte un fuerte abrazo.Hasta pronto.
Quizás sí que llego a alguien ese S.O.S. Quizás es cuestión de paciencia la llegada de la ayuda... quizás.
Besos
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