Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

martes, 28 de octubre de 2008

PARA ELBERETH





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por eso no soporto dormir con la persiana ni las contras echadas.

Moriah dijo...

Gracias, muchas gracias, y un fuerte abrazo...