Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

jueves, 30 de octubre de 2008

EL ALMA NO ENVEJECE



Sería otoño: por la luz que -recordaba- entraba en el portal.
Pero no hacía viento; en invierno, sin embargo, el norte se enredaba en el porche y entonces le decían aquella frase: "cuidado con la corriente"; "es lo peor"

Para ella , a tenor de cómo se lo advertían, acabó por tener un peligro semejante al del "hombre del saco"; ¡Que viene la corriente¡, ¡que viene el hombre del saco¡

Conserva la certeza de que a él lo llegó a ver. Harapiento, con una chaqueta raída de pana marrón bastante más grande que su espalda y un sombrero de fieltro, mugriento; lo descubrió de espaldas, con una barba desarreglada que, intuyó, le asomaba por el perfil. Caminaba tirando de un carro por la carretera general -así la llamaba de niña, cuando casi no había coches ni carreteras-; por la orilla, junto al nogal donde jugaban a "Antón, Antón pirulero" -el de las prendas-

El nogal ya amarilleaba cuando la luz entraba por el portal. En esa atmósfera le dijo : "te pareces a Shirley MacLein" A ella "Irma La Dulce" ni le agradaba ni le disgustaba, pero le entusiasmó que alguien le adjudicara otra identidad.

Estaba harta de parecerse a su madre, cuando sonó el teléfono y no cogió.

Era su madre; treinta años después y seguían doliéndole los mismos conflictos. Amor y odio.

Y recordó la frase que, por la mañana, escuchó de un médico; alguien lamentaba la juventud de un fallecido y el doctor argumentó: "es lo mismo que hubiera tenido ochenta años, su alma también sería joven porque nunca envejece".

La suya, en muchas cosas, seguía anclada en la infancia.

5 comentarios:

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

Nadie tiene la edad que aparenta, todos, absolutamente todos, tenemos o menos o más edad de la que dice el calendario. El alma no envejece... pero hay quien nace ya con un alma vieja.

Besos

Christian dijo...

Siempre relacione la niñez con la primavera, nunca con el otoño. Cosas que pasan... Un abrazo.

Anónimo dijo...

Yo también tengo ese pedacito anclado allí. Y quiero que se quede, porque muchas muchas veces, desearía revivir un minuto de aquellos años. Seguro que da fuerzas para seguir.

Gracias por darme algo en lo que pensar.

Pasajera en trance dijo...

¿Qué es la vejez sino las ganas de no envejecer?

Anónimo dijo...

Aca le llamamos el hombre de la bolsa o el Cuco...y bueno, cada lugar segun su palabrerio. El alma no envejece, como nosotros ni nuestros pensamientos tampoco, solo nuestro cuerpo, nuestra casacara...el alma, o nuestra escencia, es la que se eleva y vuela lejos... te invito a mi blog... http://teniaquepasar.blogspot.com