Aquellos ojos en los que flotar hipnótica;
Creía que la esencia de los seres se acumulaba en una parte de su cuerpo, y sabía que aquélla, pese a su existencia aún infantil, sería el depósito de su extracto humano.
En esa mirada, que se dejaba contemplar, a ella le gustaba perderse y sentirla como un bálsamo....El tiempo se detenía y cuando se paralizaba en aquel instante eterno apreciaba el latido de grandeza que se esconde en los personajes pequeños y que pulveriza la ruindad dominante.
Porque aquella belleza acuosa, tan sumamente original y alejada todavía de adulteraciones, le recordaba que nadie debe hipotecar su alegría , que la dignidad no se vende, pero que serle leal tiene un precio, que ella pagaba a gusto sólo por sentirse merecedora de aquel instante que daba alas a su alma, en combate permanente por resultar liviana y liberarse de lastres : la insoportable pesadez asfixiante de los malditos anclajes.
8 comentarios:
Bien lo dijiste en mi blog. Busco la belleza para agarrarme a ella y -totalmente de acuerdo también- para protestar y hacerme oir.
A veces la belleza es incomprensible, como una mirada. Otras veces tú tienes que comprenderla a tu manera, buscarle tu propio sentido para saber amarla. Y en eso eres un maestro. Me agarro a lo que quiero agarrarme en tus textos y me lo creo a pies juntillas, y creéme: eso es mucho más que bastante.
Un abrazo.
Pasa por mi blog a buscar algo que te pertenece y no olvides los ojos de la lealtad.
Un beso
¡Ojala fuera como dices! Sin embargo... las palabras dignidad y lealtad me suenan a mitos muy muy lejanos. Lírica hermosa, pero la realidad es otra.
Un fuerte abrazo.
Disculpa lo negativa que estoy hoy. Mi comentario no le hace justicia a tus palabras, tan hermosas.
No hay lugar mejor para perderse que en una mirada infantil y clara.
Besos
Recuerdo ,Spender, al poeta Ángel González y a su tía Clotilde volviendo de la tumba para insistirle con tono admonitorio "De la belleza no se vive; ¿qué piensas de la vida?"
Pero hay tendencias irremediables que ni siquiera cambia la experiencia de la muerte.
Gracias por tus palabras. Un abrazo muy fuerte.
¡Eli, muchísimas gracias¡ ¡Siempre tan pendiente de los demás¡
Jamás olvidaré que fuiste la primera en dejar tu huella en estos pagos virtuales y siempre te lo agradeceré; y creo que ésa, aunque pequeña, es una muestra de lealtad, de las que intento aplicar en mi vida...
Gracias, de verdad. Eres muy generosa Eli con la dedicación de tus premios. Un beso muy fuerte.
Elbereth, no tienes que disculparte por lo que sientas,pienses o escribas. En estas cuadrículas tienes plena libertad y mi total respeto.
Hay palabras que de tanto malusarlas se adulteran, deprecian y vacían de contenido; y quizá eso haya pasado con "lealtad" y "dignidad", pero suelo mirar más a las estrellas que a los hombres e intento salvarme de las adulteraciones mundanas, para proteger algunos de mis conceptos como "lealtad" y "dignidad", que se han vuelto una especie de brújula que guía mis insignificantes y seguro que absurdas decisiones vitales; pero a mí me dan un lugar en el mundo.
Y cuando se me tambalea, busco esos significados en el fondo de la mirada de un niño, de uno muy concreto, que no sabe de la fuerza que tienen para mí sus parpadeos.
Tal vez sueñe ilusamente, pero sueño porque quizá no acepte que la vida es, a secas, un sueño sin sueños.
Abrazos muy fuertes.
Nanny, bienvenida a esta casa.
Es un honor para mí que la visites.
Me paso a menudo por "Testamento de Miércoles", aunque no deje constancia de ello.
Es una delicia de blog, por la tremenda calidad de tu escritura y de todo lo que cuentas;además, me diviertes un montón.
Has captado perfectamente lo que quería decir en mi entrada.
Muchas gracias, de verdad, por tu lectura y abrazos.
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