Hay un momento al comenzar el anochecer en el que reina el silencio. Entonces, se siente tan de cerca la calma que crea expectación. Es el momento de cerrar los ojos y abrirse para empezar a notar el susurro del viento que sale del bosque para ulular en el alma. Es la oscuridad natural que libera. La "enlatada" me asfixia. Por eso, por favor, deja unas rendijas para que entre la luz.

sábado, 14 de marzo de 2009

LOS COLORES DEL ALMA



Recordaba un balcón oxidado, con macetas más rojas, como los troncos de la hiedra deshojada que se hincaban en la pared...
Y la luz matizada por el colador de las nubes gris intenso...
con aquella cruz de piedra en lo alto de la ladera,
tapizada por los líquenes amarillentos, oro viejo que se recortaba en el horizonte tormentoso...

Como si la fuerza de un potencial infinito hubiera decidido concentrarse estática sobre el perfil amable de las lomas verdes, siempre ondulantes, sonando a cencerro en aquellas manchas de lana que la atmósfera volvía mucho más pajizas que blancas...

Los colores se saturaban hasta la ensoñación y su alma sólo latía plástica y aborrecía de lo verbal porque las palabras la encadenaban...

Se sintió una silueta en los innumerables matices que van del blanco al negro y sobre el pecho se dibujó un corazón del rojo más descorazonador que pudo.

5 comentarios:

l dijo...

Me gusta mucho tu blog :) Me gsuta lo que escribes

Marisa Peña dijo...

Plástico, visual, colorista...precioso. Un abrazo

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

Has pintado un bello y colorido cuadro. Me ha encantado :)

Besos

Anónimo dijo...

Puede que hasta hoy no pudiera ponerle las palabras, pero tú lo has conseguido: el latir plástico del alma es una imagen tan bonita como certera. Un abrazo

Moriah dijo...

Hay veces que la paleta más variada del mundo es incapaz de definir el color de nuestra alma.

Sólo nosotros podemos.

UN fuerte abrazo.GRACIAS.