
Cerca de su piel el calor de la respiración fundía las fronteras.
En aquel rincón cerraba los ojos y se ensanchaba, sin agarrarse al borde de ningún abismo.
Era asomarse a una ventana sobre un cielo de azul estallido. Y una mota negra que lo atravesaba lo mismo podía ser un insecto que un águila majestuosa. Porque sin referencias es posible bosquejar mundos ilimitados.
Y sentir que la corriente de agua desatasca neuronas enfangadas mientras fuera sigue lloviendo y todo huele a ozono. Hay aromas que se tatuan en los poros.
1 comentario:
"Porque sin referencias es posible bosquejar mundos ilimitados".
Eso es lo que llevas haciendo por aquí un tiempo, ¿no?
Un abrazo.
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