
Necesitaba sentirse molécula de agua, átomo de viento, electrones de huracán.
Agarrarse a un rabo de nube para que la arrastrara la tempestad, que la bamboleara para comprobar que su veleta no estaba oxidada.
Que el viento no se parara hasta llevarla a una oquedad caliente en un tronco ancestral donde sólo entrara un rayo de luna y la cubriera la piel de la suavidad.
Y que siguiera el aguacero para no volver a pisar el suelo y con los pies descalzos en el aire empezar a sacar la cabeza...
Y que el vendaval le revolviera el pelo hasta la raíz de las contradicciones que le enredaban un cráneo a veces de poeta y otras muchas de basura.
Y cuando olió a ozono y escuchó el golpeteo de las contraventanas quiso pensar que la tormenta venía a tenderle la mano.
4 comentarios:
Bellísima esta tormenta, en todo su dolor...un abrazo
A mí, a veces, también me gustaría sentirme tormenta, viento, lluvia y vendaval. Sentir todo el poder de la naturaleza debe ser algo grandioso :)
Besos
Hola!
Perdona la intromisión, pero necesito hacerte una pregunta..
verás, buscando el título y el grupo de una canción que escuché por la radio, y de la que sólo retuve unas frases, llegué a tu blog..
me gustaría que me ayudaras, si es posible..
la letra dice: "Y contando hasta tres saltaste del tren cuando iba más rápido; contaste hasta tres y no te oí decir te añoro o no te añoro"
gracias por tu tiempo..
aprovecho para decirte que le he estado echando un vistazo a tu blog y me gusta.. me gusta mucho..
un saludo..
wow.. muy bueno, sigue en ello..
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