Se quedó inmóvil en el flanco de la puerta. Su expresión se había paralizado en una mueca mezcla de pena, dolor y angustia. Conocía perfectamente aquel gesto; muchas veces había funcionado como un dardo directamente al corazón; y cuando no, al contemplarlo se volvía irascible.
Le daba rabia la pena; pero no en general, lo que no soportaba era su sufrimiento, con especial incidencia en el posesivo. "Su"no, "su", de ninguna manera.
La amargura de otros la toleraba y hasta la comprendía. Pero por aquella aflicción no se permitía compasión. Se sentía tremendamente egoísta y se castigaba con fuerza porque no había podido estar a la altura de los que verdaderamente amaba.
Entonces, el pesar de aquellos rasgos, en el umbral de la puerta se le clavaban como alfileres y de la sangría de la ingratitud acababa brotando el arrepentimiento que desembocaba en la ternura.
Se repetía que jamás volvería a tener sentimientos de aquella ralea. Su propósito de la enmienda era sincero, tanto como su despiadada certidumbre de que aquel siempre sería un viejo proceso recurrente.
"El ego es un mecanismo o conjunto articulado de mecanismos con el objetivo de la ganancia diversa (dinero, mérito, crédito...)
Cambia de mente y vivirás
Muere para tu egoísmo y vivirás"
Cambia de mente y vivirás
Muere para tu egoísmo y vivirás"
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